Monólocos #10
- Sebas Morales
- 23 jun 2019
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 20 dic 2019
Lengua picante como un plato de México,
látigo punzante, sin piedad, es mi léxico,
no importo si os parezco patético,
si quiero patear traseros a payasos tétricos,
esos que se creen épicos,
y no estaré solo, me acompañara mi séquito.
Y avanzare, corriendo las extremidades,
entre atrevidos y amables,
disparando entre groserías y verdades,
no importa si me insultan, incluso, si se enfaden,
estoy estable no dejo que la furia me invade,
solo observo sin estremecimiento, aunque
el dolor me apiade,
de los inocentes que el mundo dice ser culpables.
Todos los días trato de retar me insuperable,
sin hablar, quejarme de nada, no dejar que la boca hable,
a pesar de las fracturas de la vida, estoy estable,
o tal vez, confundido si se me enredan los cables,
tratar de encontrar la autenticidad en un mundo
que considera a las personas como un objeto desechable.
Y no quiero dejar este vicio,
es lo que me da esperanzas, y no pensar
que el mundo es un precipicio,
para no besar un escopeta como "Kurt Cobain",
hasta tener un rojo orificio,
aunque para hacer las cosas correctamente,
siempre hay que hacer sacrificios,
pero la vida es como el cuerpo saludable
que requiere ejercicio,
porque la moral es como un juez,
y tu conciencia es tu juicio,
y si la ignoras, ella sera tu suplicio.
Comentarios